Esta es una receta de las que te transportan a la infancia, a la cocina de las abuelas y a la de mamá, en las que la mayoría de recetas se preparaba a ojo o según te iba pidiendo la masa. Supongo que muchos sabéis de estas historias. Estas es una de esas recetas que se transmiten de generación en generación y que cada vez que la preparamos nos traslada a esos gratos momentos. La cocina de leña de mi abuela María o la de la mi abuela Pancha, donde siempre se preparaban platos con mucho amor y esmero o la de mi madre que nunca le ha faltado un plato de pasta hecha a mano. Estos bocadillos se hacían fritos, tipo buñuelos y quedaban muy crocantes. A día de hoy mi madre los prepara al horno y a cambiado las acelgas por espinacas. Yo los hago tipo tortillitas en la sartén y también quedan muy ricos.
Ingredientes:
200 g acelgas cocidas
1 diente de ajo
1 cebolla
20 g de mantequilla
2 huevos
2 cdas. de leche
100 g de queso rallado
3 cdas. de harina
Sal, pimienta, nuez moscada a gusto
Preparación:
Exprimir muy bien la acelga, picarla y reservar. Picar el ajo y la cebolla en cuadritos y rehogarla en la manteca, agregarle la acelga y saltearla.
Mezclar la harina, los huevos ligeramente batidos, la leche, el queso rallado y condimentar con sal, pimienta y nuez moscada. Añadir las acelgas salteadas con el ajo y la cebolla, mezclar bien.
Calentar una sartén con un poquito de aceite, tomar porciones de la masa con una cuchara, darle forma aplastando con la misma cuchara y cocinar por ambos lados hasta que estén dorados.
*O puedes freírlos, si quieres que tomen forma de buñuelos.